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Los Planes Emocionantes de Jeremias

Currículo
Respuesta para Estudiantes
159
TEXTO: 1 Reyes 19:1-18

Feliz anticipación fue su primera reacción, pero Dios le reveló algo distinto a los planes emocionantes de Jeremias.

“¡MAMI!” JEREMIAS GRITO mientras entraba a su casa: “Nunca vas a adivinar lo que sucedió hoy en la escuela.”
“Calma, calma Jeremías, que sucede?”
“¡Fui invitado para ir de campamento con Marcos Rienhart y su familia!”
La madre de Jeremías preguntó: “¿quién es Marcos Rienhart? Tu nunca lo has mencionado antes.”
“Oh, él es nuevo en la escuela, pero ya es uno de los chicos mas populares. Si yo voy al campamento, tendré finalmente la oportunidad de ser aceptado en el grupo”
“No estoy segura, Jeremías. Esto no me parece una buena razón para ir de comapento. ¿Sabes mucho en cuanto a Marcos?”
“Bueno no realmente, pero es un chico interestante. Por favor, dejame ir.”
La madre de Jeremías todavía estaba preocupada: “Pues espera y oigamos lo que dice tu padre.”
Jeremías esperó impacientemente la llegada de su padre a casa esa tarde. Cuando oyó abrir la puerta corrió a la cocina y de inmediato comenzó a pedirle permiso a su padre.
“Papá, he sido invitado para ir de campamento con un chico de la escuela. Su nombre es Marcos Rienhart. Será muy divertido y yo quisiera ir. Por favor ¿puedo ir?”

VERSO CLAVE: Yo escucharé cuando el Señor hable.
Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes, y ocultas que tú no conoces. — Jeremías 33:3

“Calma Jeremías, ¿quién es Marcos? ¿Hablaste con sus padres? Debo saber aun más de este asunto antes de tomar una decisión.”
Después de hablar mucho sobre el asunto durante la cena, el padre de Jeremías llamó a los padres de Marcos, hizo una cita para hablar de estos planes. Una hora más tarde, los dos fueron a la casa de los Rienhart y la decisión fue hecha. De regreso a casa, el padre de Jeremías dijo: “Creo que esta bien, puedes ir.” Los Rienhart parecen buenas personas y probablemente sea divertido para ti.”
Jeremías estaba muy emocionado. Apenas durmió esa noche, y los próximos días estuvieron llenos de preparaciones.
En la escuela, Jeremías se enteró de su aceptación en el grupo. Pero al acercarse el gran día, sintió que algo caminaba mal. El no podía señalarlo, pero la emoción que él tenía se había ido. Y en su lugar sentía una inquietud de que no debía ir.
No entiendo esto, él pensaba, acostado en su cama una noche. Yo quiero ir, quiero ser amigo de Marcos, pero algo no anda bien. Tal vez me sienta diferente mañana.
Pero sintió lo mismo al otro día. De hecho el sentimiento negativo de que no debía ir había aumentado.
Esa noche la madre de Jeremías recibió una llamada telefónica. Luego vino a la sala donde estaban leyendo Jeremías y su padre. Eso era una sorpresa.
Ambos levantaron la cabeza. “¿Quién era mami?”
“La llamada era de mi hermana Susana. Ella y su familia nos vienen a visitar el próximo fin de semana. Hace años que no los hemos visto. Que raro, no me imagino porque decidieron venir ahora, ni siquiera son las vacaciones de verano.”
“¡Mami, ese es el fin de semana en que debo ir al campamento!
“Lo sé Jeremías. Lo siento, pero tendremos que pedirte que canceles tu viaje. No has visto a tus primos desde que tú estabas en el segundo grado. Yo sé cuanto significa este viaje para ti, pero . . . ”
“Está bien, mami. Tal vez yo no deba ir."
“¿Qué quieres decir Jeremías?"
“Bueno desde el momento que dijieron que yo podía ir de campamento con Marcos, comencé a sentir algo extraño al respecto, como si alguien me advertía que no debía ir. Ahora reconozco que Dios me hablaba—por alguna razón el no quiere que yo vaya. Ahora que tía Susana y tío Rafael vienen exactamente ese fin de semana, sé con seguridad que no debo ir. Si Dios está diciendo que no, aun si yo no sé porque, ¡sería mejor escucharle!"
Su padre sonrió. “Estoy orgulloso de ti, hijo, por haber llegado a esa decisión. Dios a veces usa una voz pequeña dentro de nosotros, al igual que circunstancias, para hablarnos. Él nos bendecirá si escuchamos su voz.”
Una semana después del viaje de campamento que se había planeado, mientras la familia cenaban, la madre de Jeremías notó que el comía poco. “¿Qué sucede Jeremías? ¿ Te pasa algo?”
“Bueno algo parecido. Yo sé porqué Dios no quería que yo fuera al campamento el otro fin de semana. Marcos y el chico que ocupó mi lugar fueron sorprendidos tomando y fumando marijuana.”
“¿Y qué del grupo que tú querías formar parte, están todos envueltos en este asunto?”
“Realmente no sé. Pero voy a ser muy cauto con ellos. Tengo el presentimiento que es plan de Dios de que me aleje de ellos. Y quiero escuchar si Dios me está hablando.”

ACTIVIDAD DE LECCIÓN: ¡Contesta la Llamada!