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Crean y Sean Bendecidos

Currículo
Primarios y Párvulos para Estudiantes
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LECTURA BÍBLICA: Juan 20:24-31

VERSÍCULO PARA MEMORIZAR: Bienaventurados los que no vieron, y creyeron. — Juan 20:29

“¡Tomás! ¡Tomás!”, llamaron algunos de los discípulos de Jesús. “Venga, es-cuche. ¡Tenemos algo muy maravilloso para decirte!” Se estaban apresurando hacia él. ¡Cuán felices lucían!
“¿Qué es?”, preguntó Tomás tristemente. Él no podía pensar en cualquier cosa para estar feliz ahora. Su mejor amigo, Jesús, había acabado de morir. Nunca más vería a su amado Maestro, y su corazón le dolió con tristeza.
“Tomás debiste haber estado con nosotros anoche”, los discípulos dijeron. “¡Estábamos cenando cuando súbitamente ¡Jesús estaba parado en el medio de la habitación! No sabemos cómo Él entró porque habíamos cerrado todas las puertas. Él nos dijo, ‘Paz a ustedes’. Entonces, ¡Él nos preguntó si teníamos comida para Él! Le dimos un poco y ¡Él comió con nosotros! ¡Vimos a Jesús! ¡Escuchamos a Jesús! ¡Él está vivo!”
“No puedo creer eso”, les dijo Tomás, sorprendido ante sus palabras. “Yo sé que las mujeres vieron la tumba vacía. Sé que Su cuerpo ya no está allí, pero no creeré que Él está vivo si no viere en Sus manos las señales de los clavos. No creeré si no tocare Su costado donde la lanza le penetró”.
Cuán triste estaba Tomás. Desde que Jesús había muerto, casi no había estado en la capacidad de pensar en algo más. Sencillamente Tomás no podía creer que Jesús estaba vivo.
Pero descubrió que lo que habían dicho los discípulos era verdad. Era alrededor de una semana más tarde que todos los ayudantes de Jesús estaban juntos de nuevo. Estaban en la misma habitación y todas las puertas estaban cerradas de nuevo. Esta vez Tomás es-taba con ellos.
Súbitamente, Jesús estaba parado en medio de la habitación. Él les dijo a todos, “Paz a ustedes”. Entonces Jesús miró a Tomás. Su rostro estaba amable mientras dijo gentilmente, “Tomás, ven y toca las señales de los clavos en Mis manos. Pon tu mano en Mi costado. Y, Tomás, ¡cree que estoy vivo!”
El corazón de Tomás saltó de alegría. ¡Era verdad! El gritó, “¡Señor mío y Dios mío!” Oh, Tomás estaba tan apenado que él no les había creído a sus amigos.
Jesús dijo, “Tomás, porque Me viste, crees y estás contento. Habrá muchas personas que creerán que Yo estoy vivo aunque nunca Me vean. Serán muy bendecidos”.
Tomás creyó a Jesús porque lo vio. ¿Has visto a Jesús alguna vez? No. Pero, ¡Jesús está vivo! Serás feliz y bendecido si creyere que Él vive hoy. Él te ama y siempre estará contigo. Esta es Su promesa a nosotros.

EL RINCÓN DE LOS PADRES

Esta lección enfatiza la necesidad de creer. Nuestro texto de la Biblia habla de la historia de Tomás, el discípulo de Jesús que no creería que Jesús había resucitado de entre los muertos hasta que lo viera.
Para ayudar a su hijo a comprender lo que significa creer, planee un día especial de “Debes Creer” para su familia. Haga que cada miembro de la familia escriba sobre tiritas de papel dos o tres cosas que ellos harán para alguien en la familia. Doble los papeles en mitad, y escriba “Debes Creer” en la parte de afuera. Por ejemplo, podrías escribir sobre la tirita de papel de su hijo, “Te haré panqueques para tu desayuno”.
Cuando cada tirita es dada a la persona apropiada durante el día, el recipiente debe decir, “¡Yo creo!”, antes de que la acción puede ser ejecutada.

ACTIVIDAD DE LECCIÓN

DEVOCIONES FAMILIARES

Versículos para ayudar a su hijo a comprender esta lección Bíblica. DOMINGO: Juan 20:29 | LUNES: Marcos 9:23 | MARTES: Marcos 11:24 | MIÉRCOLES: Mateo 21:22 | JUEVES: 1 Pedro 1:8 | VIERNES: Proverbios 3:5 | SÁBADO: Mateo 7:7