VERSÍCULO PARA MEMORIZAR: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres. — Mateo 4:19
Pedro y su hermano Andrés se preparaban para echar sus redes de pescar en el mar una vez más. Sería la última red de pescar que ellos echarían ese día. Entonces tendrían que remar hacia la orilla, guardar el bote, y limpiar el pescado. Mirando la red tirada a sus pies, Pedro notó un hoyo. Levantó la red y frunció el ceño. “Bien, hay otro hoyo para remendar”, pensó él.
Él miró a Andrés, “Pescar ya no es emocionante”.
Inmediatamente Andrés entendió lo que quería decir. “Es debido a Jesús”, él respondió, y miró a su hermano. “Me siento igual. Hay algo que me pasa cuando estoy cerca de Él. Me hace querer olvidar todo sobre el negocio de la pesca. Eso ya no es importante”.
Con un suspiro, Andrés se volvió a la red. Le dijo a Pedro que lo ayudara, y juntos lo lanzaron al agua.
El bote estaba flotando suavemente sobre las olas cuando de repente ellos escucharon a alguien llamándolos por sus nombres. Pedro se volteó hacia Andrés con una expresión de desconcierto. ¿Quién puede estar llamándolos?
Entonces él miró hacia la orilla. “¡Ahí está Jesús!”, gritó Pedro. “¡Él nos está llamando! Vámonos Andrés, vayamos y veamos qué quiere”.
Le dieron vuelta al bote y fueron hacia la orilla. Antes del bote tocar el fondo, Pedro saltó del bote y corrió hacia donde estaba Jesús parado. Andrés estaba detrás de él.
Cuando llegaron adonde estaba Jesús, Él les dijo, “Síganme y los haré pescadores de hombres”. Eso significaba que ya no estarían atrapando peces. Había un trabajo mejor para hacer. Él quería que fueran Sus discípulos ahora. Ellos estarían diciéndoles a otras personas sobre el amor de Dios. ¡Eso sería como pescar personas!
Ese día Pedro y Andrés dejaron su bote y sus redes y se convirtieron en discípulos de Jesús.
Mientras caminaban con Jesús por la orilla del mar, llegaron a un bote que pertenecía a un hombre llamado Zebedeo. Él y sus dos hijos, Jacobo y Juan, estaban sentados en su bote remendando sus redes de pescar.
Jesús llamó a los dos hijos y les dijo que le siguieran también.
Jacobo y Juan dejaron su bote inmediatamente. Sabían que querrían ser seguidores de Cristo. Ellos estaban felices de que Jesús los había escogido para ser Sus ayudantes.
Jesús escogió a estos cuatro hombres y además ocho más para que fueran Sus ayudantes especiales. Ellos son llamados los Apóstoles. ¿Sabes que Jesús quiere que seas Su ayudante también? Él te ama y tiene un plan especial para ti. ¿No te gustaría ser un pescador de hombres y decirles a otros sobre Jesús?
Haga énfasis en la palabra “escoger” en su tiempo juntos esta semana. Haga que su hijo esté consciente de pequeñas cosas que él decide cada día. Escriba una opción en cada lado de varias hojas de papel, y así permítele a elegir qué ropa usar, qué desayunar, cuál libro leer. Entonces hable sobre algunas de las cosas que influyen en sus elecciones.
Discuta cuales cosas pudieron tener influencia en la elección de Jesús de escoger a Sus seguidores. Ayude a su hijo a hacer una lista de algunas de las cosas que él busca en un amigo o en alguien para ayudarlo con un proyecto: ¿Piensa que Jesús habría buscado algunas de esas cualidades? Relacione la discusión al presente por hablar acerca de lo que Jesús puede estar buscando en Sus seguidores hoy en día.
Versículos para ayudar a su hijo a comprender esta lección Bíblica. DOMINGO: Mateo 4:19 | LUNES: Juan 15:16 | MARTES: Juan 15:8 | MIÉRCOLES: Juan 12:26 | JUEVES: 1 Corintios 7:24 | VIERNES: Juan 8:12 | SÁBADO: 1 Pedro 2:21
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