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Honrando el Día del Señor

Doctrinas

El principio básico para apartar un día de la semana, para descansar de las labores y adorar a Dios, es tan viejo como la Creación. Precede incluso a la Ley de Moisés. Durante el tiempo de Moisés, Dios dio reglas específicas a los Hijos de Israel, concernientes a ese santo día. La palabra Sabbat viene de las palabras hebreas shabbath, que significa “descanso”, y shabath, que significa “descansar de las labores”. El Día Sabático, nuestro sábado, es aún observado por la nación judía como su día de descanso.

Desde el tiempo de Cristo, los Cristianos alrededor del mundo han marcado al domingo como su día para descansar y honrar al Señor Jesucristo. En nuestros días, sin embargo, el domingo se ha convertido en un día usado para el placer y provecho personal en lugar de ser apartado para el Señor. Negocios que, en algún tiempo, nunca habrían considerado abrir durante el Día del Señor, ahora lanzan sus puertas abiertas por ganancias monetarias. Mucha gente llena ese día con diversiones mundanas en lugar de guardarlo como un día de adoración y alabanza en la Casa del Señor como hicieron sus antepasados.

En vista de esto, es importante que los Cristianos se informen de lo que la Biblia dice en referencia al domingo como el Día del Señor. El Día Sabático no debe ser confundido con el Día del Señor. Hay aquellos que colocarían a los Cristianos bajo el cautiverio de la Ley, haciéndolos mantener el Sabbat judío como el día de adoración. La Palabra de Dios deja muy claro que los creyentes después del tiempo de Cristo ya no estaban bajo el cautiverio de la Ley judía dada por Dios a través de Moisés. Pablo preguntó a los gálatas por qué continuaban siguiendo la vieja Ley (Gálatas 3:19). Les dijo: “De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído” (Gálatas 5:4). Entonces, ¿cuál era el propósito de la Ley? “De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe” (Gálatas 3:24). La gente judía sabía que la vieja Ley, o pacto, algún día pasaría, pues el profeta Jeremías les dijo esto. (Jeremías 31:31-33).

Aquellos que instan la necesidad de mantener el Sabbat judío distorsionan las Escrituras al hacer una distinción entre los Diez Mandamientos y el resto de las leyes dadas por Moisés. La Biblia nunca hace tal distinción. En cambio, enseña que la Ley entera pasó cuando Jesús introdujo el Nuevo Pacto, que es la dispensa de los Cristianos. “Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual había de perecer, ¿cómo no será más bien con gloria el ministerio del espíritu? . . . Porque si lo que perece tuvo gloria, mucho más glorioso será lo que permanece” (2 Corintios 3:7-8,11).

Cuando Jesús se levantó de la tumba el primer día de la semana, una nueva era comenzó—no es que la Ley fuera destruida sino que fue cumplida. Los preceptos contenidos en los Diez Mandamientos no fueron descartados bajo la nueva dispensa. De hecho, a lo largo del Nuevo Testamento, los Mandamientos son amplificados y a menudo hechos más rigurosos al indicar que incluso los pensamientos e intenciones del corazón son traídos a consideración. El único de los Mandamientos que no es mencionado como obligatorio para los Cristianos es el cuarto, que concierne al Sabbat. Al hacer actos de misericordia durante el Sabbat judío, Jesús repetidamente mostró a los líderes religiosos de ese día que ellos no entendían correctamente el propósito del uso del Sabbat. En una ocasión tal, Él dijo: “Porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo (sábado)” (Mateo 12:8). Mediante esa declara­ción, sabemos que Cristo ejercía control sobre el Sabbat y guiaría a Sus seguidores hacia la propia observancia del mismo.

Al leer Hechos 20:7 y 1 Corintios 16:2, encontramos que la Iglesia Primitiva se reunía el primer día de la semana para adoración. ¿Por qué es que estos seguidores repentinamente comenzaron a observar el domingo como su día de adoración cuando muchos de ellos habían estado acostumbrados a la adoración el sábado? Considera algunos eventos importantes que llevaron al domingo a convertirse en el Sabbat Cristiano.

  • El primer día de la semana, Cristo se levantó de los muertos, triunfante sobre la muerte y el Infierno.
  • Antes de Su ascensión, el Señor apareció a Sus discípulos el primer día de la semana.
  • El derramamiento del Espíritu Santo en el Día de Pentecostés cayó el primer día de la semana.
  • Juan nos dice que él estaba “en el Espíritu en el día del Señor” cuando recibió el Apocalipsis.

La tremenda importancia de sola la Resurrección parecería suficiente para explicar el cambio del sábado al domingo como un día de adoración. El énfasis del Evangelio sobre “el primer día de la semana”, como el día de la Resurrección, hace hincapié en su distinción. La victoria en ese día lo hizo sagrado para la Iglesia Cristiana. Como el Sabbat judío se refería a la creación del mundo, el Día del Señor celebra la nueva creación que cada alma renacida ha experimentado.

Desde tiempos de la Iglesia Primitiva hasta el presente día, la historia ha provisto amplio registro de la práctica de observar al domingo como el día Cristiano de adoración. Hombres de Dios tales como John Wesley, Charles Finney y Dwight L. Moody han afirmado la importancia de apartar al Día del Señor para propósitos espirituales.

Las cargas legalistas del Día Sabático han sido removidas por Jesús, pero ¿acaso somos culpables de quitar las bendiciones de nuestro día de adoración? Muchos beneficios serán recibidos por aquellos que honren el Día del Señor. Los hijos del Señor encuentran que al dejar de sus preocupaciones mundanas y aprovechar el Día del Señor, para esperar a Dios en oración, deleitarse en Su Palabra y pasar tiempo con otros Cristianos, cosecharán Sus prometidas bendiciones.